Siendo una mayoría, los trabajadores diurnos, a menudo olvidan entre sus dulces sueños que el mundo sigue girando, para muchos sectores laborales, de noche.
El anuncio de Navidad de este año tiene como protagonista a un vigilante de seguridad nocturno de una fábrica de maniquíes. Me he sentido en parte identificada (además de pertenecer al sector de la seguridad privada, mi sector, aunque yo no soy vigilante) por la soledad que rodea en ocasiones a los que cambian el día por la noche. El despertador suena a las 22h. La fábrica está vacía. Sólo los maniquíes siguen allí mientras que el resto de trabajadores terminan su día en sus hogares o donde sea. Tal vez alguno, igual de solo, tomando una última copa.
Por la mañana, todos regresan a la fábrica para iniciar su jornada. El vigilante regresa a su casa. Su día (noche), toca a su fin cuando el de la mayoría de la gente comienza.
Echaré de menos la tranquilidad de mi turno, las semanas libres, sentirme en otro mundo distinto al del resto… 😔. A partir de enero pasaré a la «normalidad».
Para mayor información y análisis de este anuncio, así como para verlo puedes pinchar aquí . Por cierto, como no podía ser de otro modo en un anuncio de Navidad, tiene final feliz 😉