Un placer: Pensar en alguien a quién llamar para realizar alguna cosa, y acabar por querer sólo tu propia compañía. Estar un rato contigo mismo. Concederte ese permiso y sentirte libre.
Un dolor: Una gaviota volando bajo y en círculos. No soporto tener a los pájaros tan cerca. Sobre todo palomas, gaviotas y loros (nada de tamaño igual o superior a un tordo).
Una respuesta a “Un placer, un dolor 37”