Al día siguiente de los implantes dentales (dos muelas) ya podía mover mi cara casi completamente. Con algo de rigidez y dolor moderado pero al menos se pasó la angustia de que me hubieran dejado la cara paralizada.
Tener un dolorcillo constante en la boca y no poder comer bien pone de muy mal humor. Teniendo en cuenta que es la vía de entrada de nuestros nutrientes y de uno de los mayores placeres de la vida, no le damos la importancia que realmente tiene hasta que nos falla. Y entonces se convierte en el centro de nuestra vida.
Pero para colmo de males 😱😱 Oh, Dios, no‼️ Hongos en la lengua!! Al parecer el antibiótico había alterado la flora bacteriana de mi boca. Cuando todo parecía ir mejor, otra semanita de pasarlo mal con la boca. A la paranoia de que los implantes se integren bien, y la preocupación de mi revisión ginecológica tras la conización, se une ahora el dolor y la visión de una lengua desastrosa… Aaaains.
Imagen de We Heart It.