Pues sí, muy de acuerdo con David. Aunque nos quedemos sentados y encerrados, algo nos dañará, porque el dolor está allí donde estemos nosotros, acechando. Así que por qué no lanzarse a cumplir metas, sueños, realizar viajes a países exóticos si ello nos apetece? Da igual si sale bien o sale mal, la cuestión es vivir.
Que atrevimiento supone atreverse a algo. Que verdadera es la verdad. Que tormentoso es el tormento. Que vertiginoso es el vuelo y doloroso el golpe.
Por qué vamos a atrevernos si podemos golpearnos. Que pregunta más preguntona y menos respondona. Quién no se lo habrá preguntado nunca. Quién tiene la respuesta, una respuesta suya, pero que pueda ser mía.
Mi respuesta ante tal duda es sin duda intentarlo. El dolor está allí, en cada rincón puede estar. Pero la vida nos dice que nos lancemos, el instinto nos susurra que nos atrevamos.
Aunque nos quedemos sentados sin ir a ningún lado, sentiremos dolor. Y tarde o temprano, algo nos dañará. Así pues, por qué no ir a buscar nuestro destino, que está allí fuera. Pero no tan lejos, aunque si en distancia. No tan desconocido, aunque no podamos intuirlo.
Ve, ve allí donde te llamen. Busca donde te encuentren. Pregunta…
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La ciudad de Elena 
Gracias Elena por rebloguear un artículo de mi blog, lo cierto es que eso lo escribí hace tiempo y esta semana santa me atreví a ir en parapente. Podríamos decir… que últimamente convierto mis palabras en hechos… Una vez más, gracias!
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