La seguridad social, una larga espera que no me hace sentir segura ni social

2015/01/img_0362.jpg

No puedo creerme que haya pasado más de un mes y aún no tenga noticias de la seguridad social. Aún ni me han dado cita para que me vea un ginecólogo del hospital. Siempre que he podido le he ahorrado tiempo y dinero a la seguridad social, me he hecho las citologías anuales por privado, me hice la biopsia por privado, pero una vez que la biopsia ya determinó que necesitaba un hospital, ya no podía permitirme seguir pagando. Llevo muchísimo tiempo cotizando y tengo derecho a ello. Pero yo sigo esperando. Y la espera se hace eterna. Y tengo miedo. Cuando siempre se dice que en temas de salud es mejor coger las cosas a tiempo: ¿De qué sirve si luego no te atienden y te hacen esperar hasta que empeoren?

Y como el parque de columpios oxidados espera llenarse de risas de niños y de la vida que una vez lo abandonó, tal cual me siento yo: abandonada de la mano de Dios (Universo, vida, como queráis llamarlo…). Porque no tengo padrinos. No conozco a nadie que pueda echarme una mano en esta situación. Probablemente mi espera se alargue porque otros, con quizás dolencias menores que la mía, van de la mano de algún «ángel» protector.

«Vale, vale…», Respiro hondo… «okey», me digo, «no pasa nada. No hay mal que por bien no venga», -intento pensar así-, «todo pasa por alguna razón y lo entenderé todo a su debido tiempo», «quizás soy de las que remiten y mi cuerpo necesita tiempo, y luego agradeceré la espera que me habrá de salvar de que me corten y me quemen». Por si acaso yo sigo con mis pócimas caseras, intentando aumentar mis defensas naturales, escuchando podcasts sobre salud consciente, reprogramación consciente, biodescodificación, neuroemoción, etc…

Sigo manteniendo mi espera activa. Aprendiendo cosas: a ser paciente, a ser una guerrera, a confiar en mi cuerpo y en la vida, y procurando no pasar por alto las señales. Intentando no dejarme llevar por el pánico y por la indefensión aprendida. Este sistema en el que vivimos nos hace unos perfectos indefensos. Nos hace sentir que estamos en sus manos y que todo se hará cuando «ellos» quieran y como «ellos» quieran, sin que podamos hacer nada. ¿Que quiénes son «ellos»? Todo aquel que se escuda en su puesto, cargo y/o uniforme para hacernos sentir como «cosas», aquellos que se esconden tras los trámites burocráticos para exculparse, desvincularse y deshumanizarse.


4 respuestas a “La seguridad social, una larga espera que no me hace sentir segura ni social

  1. Elena, hace un tiempo sigo tu blog y espero ansiosa novedades sobre tu salud. Es cierto lo que decís, aquí en Argentina la salud publica es muy precaria y si hay que recurrir a ella por falta de dinero, las esperas suelen ser largas.
    Pero llega un momento en que, habiendo hecho todo lo que esta en nuestra mano para estar mejor y cuidarnos, no queda otra que esperar. No una espera pasiva ni resignada, una espera en paz, recuperando el control de lo que sí podemos hacer. Cuidando sobre todo la salud mental y espiritual, esa que refuerza nuestro sistema inmune. Cuidando nuestra alimentación, haciendo actividad física, viviendo el DIA a DIA.

    Por supuesto, sin dejar de insistir en que te atiendan, te den un lugar. Pero luego a volver a tu mundo, a tu vida, a tu hogar en paz.

    Beso y abrazo,
    Verónica

    Le gusta a 1 persona

  2. Poco se puede decir, excepto que es muy indignante y deberían dejar a un lado recortes, listas de espera y hostias cuando están en juego temas tan importantes.
    Ánimo… no sé decir mucho más.

    Me gusta

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s