Desde que soñé que moría abrasada no han parado de caer libros en mis manos sobre la enfermedad y la muerte. No están enfocados de modo dramático ni trágico. Más bien al contrario. Tratan del espíritu de superación, la normalización de la muerte como proceso y modos alternativos a la medicina tradicional y científica de enfocar la enfermedad.
No sé qué estoy buscando, ni si estoy buscando algo, pero estoy encontrando cosas. En uno de los libros se plantea la enfermedad como una desarmonía en el plano de la conciencia, como algo que nos informa de que algo no va bien en nuestra mente. Transmite la idea de que la enfermedad no está siendo tratado como se debería pues sólo tratamos los síntomas pero no el origen de ellos siendo la cura incompleta ya que el ser humano no sólo existe en el plano físico, sino también en el mental, emocional y espiritual. Define la enfermedad como un camino de conocimiento de nosotros mismos y de lo que podemos obtener beneficios. (La enfermedad como camino. De Thorwald Dethlefsen y Rüdiger Dahlke). Éste aún no lo he terminado.
El otro libro -este ya sí terminado- es el que escribe Silvia Abascal en primera persona sobre su recuperación casi completa de su derrame cerebral. El camino que emprende desde ese momento a modo de renacimiento físico y mental en el cual decide afrontar cada dificultad como reto en lugar de lucha. Apoyándose en la confianza, la paciencia, la serenidad y el amor. Celebrando cada pequeño logro. No aferrándose a la que era antes del derrame ni a la queja. Asumiendo el papel que le toca vivir en cada momento. (Todo un viaje. Silvia Abascal).
«Puede que el decorado del hospital llegara impuesto desde la producción, pero yo decido si a la enfermedad le doy el papel principal». Silvia Abascal.
Aún no sé que sacaré en claro de todo ello. De momento me sirve. Como ya he dicho el primer libro que he citado aún no lo he acabado… No sé si terminaré pensando que son patrañas o si conseguirá hacerme cambiar de idea respecto a la salud y la enfermedad. El de Silvia es reconfortante pero creo que podría haber profundizado más. Me ha faltado más de ella misma. Intenta plasmar la dificultad del proceso pero hace parecer como si todo fuese fácil y totalmente llevadero, y eso puede llevar a confusión a gente que esté pasando costosamente por ello. Por otra parte, también consigue abrir una rendija de esperanza: todo es tan malo como uno lo quiera ver.
Y por último: Mucho tiempo sola últimamente pero lo estoy tomando como un reto, como un aprendizaje de independencia, de autosuficiencia y valoración de mí misma.
«Cuánto más asocial estoy, más asocial me vuelvo». Yo misma.
Una respuesta a “Un pequeño paso para la humanidad, un gran paso para mí”