Cuando la tierra que me vio nacer está gritando NO, yo no puedo dejar de unirme a ese grito en esta mi casa donde tantas veces me descubro y me exploro.
Se ha construido indiscriminadamente en pos de la avaricia y aún así no han conseguido acabar con su belleza. Gran parte del turismo que nos visita cada año no viene a conocer el paraíso sino a mover sus cuerpos con los ritmos del dj de moda perdiéndose por completo la auténtica Ibiza. No siendo tampoco valorada por muchos que a pesar de pasar en ella temporadas enteras sólo ven en la isla una manera de ganar dinero, sin molestarse en aprender su lengua y su cultura (despreciando estas cosas en muchos casos). Otros vienen a buscar la libertad… Todo el mundo quiere sacarle algo pero poco se le da, poco se le devuelve y poco se la cuida. Porque para muchos Ibiza no es más que un parque temático… No he visto, de momento, lugar en el mundo donde se haya puesto más la otra mejilla que en Ibiza.
Ibiza, patrimonio de la humanidad, ahora también quieren mutilar sus mares, sus aguas transparentes, sus arenas doradas… pero Ibiza grita NO alto y claro a las prospecciones petrolíferas que quieren llevar a cabo en el mediterráneo. De nuevo destruir y herir para que unos pocos se forren. Pero ya está bien de poner la otra mejilla.
El miedo se ha filtrado en cada recoveco y ranura de roca de la isla, su fauna y flora tiene miedo, yo tengo miedo. La isla tiembla de miedo pero no vamos a dejarla sola. Todos nos unimos a su grito y todos lucharemos por su causa que es la nuestra. Todos con #eivissadiuno.
Y este vídeo a continuación es de cosecha propia, hecho tan sólo con el móvil, paseando por las costas de mi pueblo. Mi pequeño granito de arena. Me gustaría ver muchos vídeos con caras conocidas y desconocidas con el mismo título en colaboración con el anterior movimiento en el que muchos dieron la cara en las redes sociales mostrando su desnudez y tapándola tan sólo con el cartel Eivissa diu NO. Porque Ibiza da la cara.