La ciudad de Elena

La tónica para mí en agosto es estar cansada. Me levanto como si no huiera descansado nada. Siento mis músculos como si fuesen de goma blanda (goma semi derretida). Y hasta ir a la playa supone un esfuerzo.

El verano para los residentes en Ibiza no es tan bonito como piensan los que lo ven desde fuera. Y el mes de agosto es el cúlmen de lo peor. Demasiado tráfico para una isla tan pequeña. Demasiados taxis a 200 km/hora. Demasiado ruido, gente, trabajo, calor… Como resultado tienes una isla saturada. Los residentes van saturados. El mal humor y el sonido de los cláxones es lo que se respira en el ambiente de nuestros pequeños pueblos atestados. Esto es lo que ocurre cuando multipicas por diez la población de un sitio pequeño sin infraestructuras ni servicios que soporten ese peso. Ibiza no aprende.

El trabajador soporta largas jornadas laborales (a menudo la doblan llegando a las 16 horas diarias), cobrando un poco más de salario pero insuficiente para el nivel de exigencia y de horas, pero no pueden quejarse porque claro, es agosto. -Aguanta, que sólo es un mes-, se oye a menudo a modo de ánimo. Pero no es sólo un mes. La mayoría llevan trabajando desde mayo -y dando gracias por ello- sin apenas tiempo libre -¡Qué suerte tienes! Tú al menos libras un día por semana…-. Llegan al mes fuerte ya reventados y sin energía. Cansados de aguantar turistas caprichosos, pedantes, sin modales y con poca paciencia porque no entienden que sois el mismo personal que cuando había diez veces menos gente -¿Es que no lo ven? ¿No ven lo masificado que está todo?-. Pero no protestes, pórtate bien y da gracias por tener trabajo que hay crisis. Pero llega octubre y otra vez todos al paro.

No hay suficientes líneas de autobuses y el tráfico por coches alquilados llena las calles. Coches alquilados cometiendo miles de infracciones por desconocimiento o porque -da igual, estamos de vacaciones y no pagaremos ni una multa. ¡Qué me busquen cuando ya esté de vuelta en mi país!-, cosa que nunca ocurrirá a no ser que atropelles a alguien…-. Y lo peor es que muchísimos conducen bajo el efecto de alguna droga mezclada con alcohol, pero la policía sólo pone las multas que sabe que va a cobrar…  Playas masificadas donde plantar una toalla es casi misión imposible entre cientos de hamacas -carísimas por cierto-. Y lo último, lo más in: privatización de las playas.

-Aquí no puedes estar. Es una zona vip.

-Pero si estoy en la playa y la playa es de todos.

-Pero para estar aquí tienes que ser vip. Tú sólo puedes estar allí- señalando dos metros cuadrados cerca de la orilla reservado a los plebeyos. Tan explotados éstos como el lacayo que los echa.

-Pero si llevo viniendo a esta playa desde que era niña…

-Pues ya no.

Pero no importa, vivimos en el paraíso. ¡Esto es Ibiza señores! ¡Bienvenidos al circo de agosto!

P.S. Queremos más turismo el resto del año y menos en agosto. Una cosa más compensada y llevadera.

P.S.II. Ojo, que no hablo por mí. Yo afortunadamente trabajo las mismas horas todo el año. Hablo por todos los demás residentes que son temporeros (indirectamente todos lo somos) y que una vez yo también fui. Por todos mis amigos y conocidos que trabajan 14 horas diarias mal pagadas y que luego se ven forzados a pasar el invierno en el paro con 426 euros al mes. Aún así, dada la situación del país, damos gracias pues al menos contamos con los veranos. Sólo quería arrojar un poco de luz a los que nos ven desde fuera pues nada es tan bonito como parece.