Otra vez nos fuimos dirección norte de la isla. En esta ocasión hicimos una visita a la calita Es Pou des Lleó. Pese a su amenazador nombre (pozo del león en castellano) esta pequeña calita con sus casetas de pescadores a la izquierda y el rústico chiringuito componen una imagen pintoresca.
El incoveniente que encontramos en Es Pou des Lleó es que el agua no estaba todo lo limpia que hubiera sido deseable ya que los barquitos y lanchas paran muy cerca de la orilla y que el fondo marino es muy rocoso lo que dificulta la entrada al mar si no llevas un calzado adecuado para el agua, aunque es ideal si te gusta el buceo, pero como no era nuestro caso, nos olvidamos del baño y nos tomamos un refresco en el pequeño chiringuito que es la mar de cuco. Aún así valió la pena la visita porque yo hacía mil años que no iba por allí y apenas lo recordaba. La verdad es que el paisaje vale la pena.
Es un lugar tranquilo y agradable para tumbarse bajo una sombrilla a hacer una siesta al atardecer o leer un libro ya que no es una playa muy concurrida y se respira paz, pero si prefieres fondos marinos de arena suave para entrar lentamente al agua yo elegiría otra cala.
Para llegar a Es Pou des Lleó has de llegar hasta San Carlos y coger la carretera que hay detrás de la iglesia igual que para ir a Cala Mastella pero en dirección contraria. Es muy fácil de encontrar ya que está perfectamente señalizada. Dista del pueblo de San Carlos unos 10 minutos en coche.
Puedes degustar exquisita cocina ibicenca por un precio moderado en el restaurante-hostal Es Pou des Lleó que se encuentra junto a la carretera y a pocos metros de la playa. Sus especialidades son el bullit de peix, paella de marisco y pescado fresco recién traído del mar por pescadores locales.
La ciudad de Elena 