Hasta hace unos cinco o seis años podía cantar como los ángeles. Podía llegar a agudos de cristal y a los graves de Alaska.
Estaba acostumbrada a que la gente me dijese lo bien que cantaba. Me felicitaban constantemente por mi voz. Pero un buen día eso cambió. Empezaron por irse los agudos y ya no podía sostener las notas como antes. Ahora cuando canto nadie me dice que lo hago bien. Al contrario. Llegan incluso a decirme que canto mal. No es como perder una extremidad o alguno de los cinco sentidos. No, no. No es tan traumático. Pero para mí cantar era una forma bella de expresarme, algo de lo que sentirme orgullosa… Y lo he perdido. Algo más de lo que hablar en pasado. Yo tenía una granja en África… Yo antes cantaba bien…