Tanto podría atravesar lentamente con mis manos tus costillas y llegar hasta tu corazón, estrecharlo y notarlo latir, frágil entre mis manos, y empezar a estrujarlo hasta sentirlo desparramarse entre mis dedos como podría envolverte en un cálido abrazo y llevarte a mi cama, acurrucarte junto a mí y protegerte hasta el fin de tus días… Ambas cosas acabarían contigo. Ambas cosas están en mi y son la misma cosa… No es ni bonito ni feo, sólo que tú no lo entiendes.