Sigo viviendo entre tinieblas aunque la luz lucha por dejarse ver.
Sigo sintiéndome pequeñita en un mundo hostil. Frágil y fácil para ser devorada por los monstruos que habitan este tejido de dimensiones que llamamos mundo.
El individualismo sigue carcomiendo cual polilla insaciable a la especie humana y proyectándola inevitablemente hacia su extinción.
Los baños de los bares y clubs se colapsan de gente que espera su dosis. Su veneno para convertirse en otra cosa, en algo difícil de acceder, para ir donde nadie pueda verles en realidad, para protegerse con los blancos polvos mágicos que no dan las hadas. Para aislarse y para finalmente denigrarse.
Se convierten en zombies. Cada vez son más… Cada vez quedamos menos…
De lo más original…Un beso grande
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Me intrigo el titulo de tu entrada y aun más lo que escribiste en ella.Realidades infinitas y sí, cada vez quedamos menos.Un abrazo
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Una buena reflexión real y cruel de este mundo en el cual vivimos, y no sabemos como será mañana, aunque viendo alrededor por desgracia es facil de adivinar.Un beso.
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soy un poco inocente en estos temas…y me sigo sorprendiendo muchísimo cuando me señalan a alguien. Pero cada uno es libre y dueño de su vida.
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Tens tota la rao.Lamentablement la vida es fosca i ruinosa i ara mes que mai…M'ha agradat molt el teu escrit no deix de llegir-lo una i unaltre volta.Esper que la patita llum que veus cada dia sigue mes gran i no deixis de escriure perque jo no deixi de llegir.Mes que un beso.
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bastante realista, tendremos que hacer un club los que no somos así…besotes
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